jueves, 13 de marzo de 2008

La inutilidad del voto útil.

El sistema democrático se basa en la expresión de la opinión política de los ciudadanos mediante el sufragio universal. Si los ciudadanos, por los motivos que fueren, no expresasen su opinión personal, sino aquella que consideran que va a ser más útil políticamente, el propio sistema democrático se vería adulterado, pudiendo crearse mayorías parlamentarias que contarían con la legitimidad del voto, pero no representarían la opinión ciudadana. De esta forma, el voto útil se convierte en inútil, pues ni permite conocer la auténtica opinión de los electores, ni éstos ven defendidas sus ideas políticas en los partidos a los que han votado.

Por otra parte, la práctica reiterada del voto útil lleva únicamente a polarizar las posturas en dos opciones opuestas, que impiden la entrada de cualquier opción renovadora y anquilosa el sistema democrático.

Los ciudadanos deben expresar su opinión personal en las urnas, sin dejarse llevar por el futuro juego de las posibles mayorías y utilidad de dicho voto, con objeto de que las formaciones políticas puedan conocer la auténtica voluntad de la mayoría; y tener la seguridad de que actúan administrando correctamente el voto recibido de acuerdo con la opinión política del elector.

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